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Fitch Ratings mantiene calificación de riesgo “B”con perspectiva estable para Bolivia

La Calificadora de Riesgo Fitch Ratings mantiene la calificación riesgo país de Bolivia en ‘B’, con perspectiva estable en un entorno externo de incertidumbre y volatilidad con posibilidad de recesión. El informe destaca la administración favorable de la deuda pública, niveles de inflación menores en comparación a países de la región y el apoyo al crecimiento del crédito en un contexto de reactivación de la actividad económica.

El reporte reconoce que Bolivia cuenta con niveles de inflación menores en comparación a países de la región. Además, señala el apoyo al crecimiento del crédito que se ha recuperado a 8% interanual, a julio de 2022, debido a que el Banco Central de Bolivia (BCB) mantiene una postura de política monetaria expansiva a través de sus programas de apoyo a la liquidez y bajas tasas de interés.

Con relación a la balanza comercial, se registra un superávit a julio de 2022 cuando las exportaciones alcanzaron a $us8.223 millones por el incremento de la participación de productos no tradicionales de los cuales el 50% corresponden a la industria manufacturera y 21% por la venta de hidrocarburos, lo que refleja una menor dependencia del sector de hidrocarburos, mostrando resultados tangibles del proceso de diversificación de la economía. Si bien el reporte de Fitch señala que las RIN se encuentran bajo presión, corresponde aclarar que estas se han estabilizado en comparación a años previos; el nivel de las reservas internacionales se sitúa en $us4.312 millones, al 12 de septiembre de 2022, el cual supera en meses de importación y cobertura de la deuda externa de corto plazo, a los parámetros aceptados internacionalmente.

A través de un comunicado, Fitch destacó la administración favorable de la deuda pública, contratada en su mayoría en términos concesionales con organismos multilaterales. Asimismo, destacó el correcto manejo de pasivos en mercados internacionales en marzo de la presente gestión, lo que permitió mejorar el perfil de vencimientos.

Fitch prevé que el déficit se reduzca aún por debajo de la proyección oficial de 8,5% debido a las políticas fiscales orientadas a realizar un uso eficiente del gasto en la administración pública y el incremento del ingreso por recaudación impositiva, mayores ventas generadas por exportaciones de minerales, manufacturas, urea, litio y un mejor desempeño de las empresas públicas tras el restablecimiento de sus operaciones.

Estos resultados muestran que las Reservas Internacionales se encuentran por encima de los niveles referenciales acordes con una gestión eficiente de dichos activos, ratificando que se cuenta con los recursos necesarios para cubrir las transacciones y obligaciones con el exterior.

El informe completo emitido por Fitch Ratings muestra que, ante un contexto externo de incertidumbre y volatilidad, las señales de recuperación económica son positivas, por lo que existe evidencia clara para emitir la calificación de riesgo país estable por segundo año consecutivo para Bolivia.

En 2021 la clase media llegó a representar el 60% de la población

Los indicadores de distribución de los ingresos en Bolivia revelan que en 2020 se observó un crecimiento del estrato de ingresos bajos a costa de la depauperación o empobrecimiento del sector de ingresos medios en una sola gestión. En contraste, en 2021 las políticas económicas favorecieron una recomposición de la clase media, logrando que la población con ingresos bajos se reduzca al 36% y los estratos de ingresos medios suban al 60% de la población.

La información fue presentada por el Viceministro de Planificación y Coordinación, Carlos Guachalla en La Razón Radio. Según la autoridad, el principal indicador que describe el comportamiento de la desigualdad es el Índice de Gini (o Coeficiente de Gini) que, según definición del Fondo Monetario Internacional, mide la desigualdad en la distribución de los ingresos de los hogares: entre más cerca se encuentre de 1, existe mayor desigualdad; por el lado opuesto, si el valor se acerca a 0, la desigualdad es prácticamente inexistente.

A nivel nacional, la distribución de los ingresos en 2016 mostraba que el 43% de la población tenían ingresos bajos, mientras que el 53% eran ingresos medios y de ingresos altos representaba el 4%, como a la fecha se mantiene.

La brecha de desigualdad entre ricos y pobres se redujo en 2021 con respecto a 2020 cuando se incrementó de 0,42 a 0,45. En 2021, se revirtió este escenario desfavorable reduciendo nuevamente la desigualdad a 0,42.