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Lula da Silva es electo presidente por tercera vez en la historia de Brasil

En una elección histórica para Brasil, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones con 50,9% de respaldo y más de 2 millones de votos frente a Jair Bolsonaro. Ahora como presidente, el principal reto de Lula es revertir la desigualdad social y económica, así como apuntalar la posición política de la izquierda latinoamericana frente al mundo.

Por su parte, el Presidente Luis Arce felicitó al nuevo mandatario brasileño desde sus redes sociales. “¡Felicidades hermano Lula, presidente electo de Brasil! Tu victoria fortalece la democracia y la integración latinoamericana. Estamos seguros que conducirás al pueblo brasileño por el camino de la paz, el progreso y la justicia social.
¡Jallalla Brasil🇧🇷!”, escribió el presidente boliviano.

Lula vuelve con una crisis económica muy fuerte y en un contexto internacional con niveles de inflación altísimos. Le tocará crear una estrategia para sacar a millones de brasileños de problemas muy elementales como el hambre y la falta de agua, entre otros.

Los retos que deja Bolsonaro

Una de las cuentas pendientes que deja Bolsonaro es la devastación en la selva de la Amazonia, unos de los grandes pulmones y repertorios de biodiversidad, no sólo de la región sino del mundo y que ahora está devastada.

La tala para la extracción de madera y minerales (particularmente de oro) y el uso de las tierras para el agronegocio fueron primordiales en el gobierno de Bolsonaro. De hecho, la riqueza económica de Brasil ha estado basada en el sector primario, es decir la explotación de la naturaleza. Tan sólo en estos tres primeros años se ha perdido más del 18 por ciento de la biodiversidad de esta área, es decir, alrededor de 43 mil kms de vegetación.

A Lula da Silva le toca cambiar esta política económica y dejar de respaldarla en la explotación de la naturaleza, opina la doctora Rivero.

Liderazgo Latinoamericano

Brasil tiene un papel muy importante en Latinoamérica. Los gobiernos de carácter progresista de la región harán eco del triunfo de Lula. Durante el anterior gobierno de Lula da Silva disminuyó la desigualdad económica en el país. Muchas personas salieron de la pobreza extrema y se incrementaron los programas para financiar la salud, la educación y la alimentación. Actualmente, Lula tiene un programa muy fuerte para combatir el hambre.

En el contexto internacional se dio un alza en los precios de las mercancías llamadas comodities (oro, plata, cobre, níquel, platino, zinc, aluminio, etc.), además de otras materias primas como el maíz, la soya y el petróleo.

Con el aumento de los precios en los minerales a nivel mundial, Brasil pudo recibir una entrada económica que le permitió a Lula distribuir el ingreso en programas sociales.

Así fue que Brasil redujo la desigualdad social y no se disminuyeron los privilegios a las empresas de gran capital. Esto le permitió a Lula da Silva salir con más del 80 por ciento de aprobación de la población.

En las últimas semanas, después de la primera vuelta se observó un margen muy reducido entre los dos candidatos. Además, se evidenció una fuerte tensión que se manifestó en los espacios públicos. Particularmente por parte de la derecha de Bolsonaro, quienes realizaron algunas manifestaciones de odio. Por ejemplo, en el norte de Brasil (uno de los bastiones del candidato de izquierda) los pastores de las iglesias anunciaron que Lula promovía el cierre de las iglesias. También se difundió a través de los medios de comunicación que Lula fue corrupto durante su mandato anterior, lo que impactó negativamente en la opinión pública.