Ivan Arias

El orco alcalde y sus hordas recorren La Paz

EDITORIAL

La obra de J.R.R. Tolkien es rica en mitologías y criaturas. Entre estas últimas, destacan los orcos, a quienes se define como “criaturas usadas como secuaces por los grandes villanos”. Se los retrata como “seres escasamente inteligentes, pero muy astutos cuando es necesario, miserables y deformes. Odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor”. Si bien el origen de los orcos es incierto en la Historia de la Tierra Media, existe un consenso en que son seres corrompidos por un poder maligno, en algunas versiones por Morgoth y en otras por Sauron. Con base en estas características, explicaremos por qué el más idóneo ejemplar de orco en La Paz, se llama Ivan Arias.

Las “hordas de orcos” de Ivan Arias provocaron la violencia en la ciudad de La Paz.

La visita de Arias a la ciudad de Santa Cruz, tan sólo unas horas antes de la marcha convocada por si grupo de amigotes, a quienes bautiza cómicamente como “Asamblea de la Paceñidad”, revela la primera característica del orco: sirve como mero secuaz de un villano de mayor jerarquía. El orco alcalde utilizó recursos de la comuna paceña para irse a pedir instrucciones a sus patrones de turno, los cívicos cruceños.

Siguiendo con la descripción de Tolkien, el orco Arias es escasamente inteligente pero astuto cuando le conviene: en el mes de julio, cuando se conoció de la postergación del Censo de Población y Vivienda, Arias hizo declaraciones apoyando la nueva fecha del censo en 2024. Ahora, en medio del paro cívico ordenado por las logias cruceñas, curiosamente cambia de opinión y se convierte en el secuaz del Comité cívico cruceño en La Paz.

Respecto a la apariencia física del orco, valga decir que Iván Arias está muy lejos de parecerse a un elfo, a un hobbit, un mago o a un enano, siendo más parecido a un habitante de Mordor, o a cierto ser de doble personalidad que, en la literatura, es corrompido por el anillo.

Terminando de encajar con la descripción de Tolkien, el orco Ivan Arias “odia todo lo existente, incluso a sí mismo y a sus amos, a quienes sirven por temor”. Lo ocurrido la tarde de ayer muestra que las hordas violentas fueron encabezadas por Arias: los colectivos para policiales conocidos como “resistencias”, tristemente célebres por su rol durante la masacre de El Pedregal al servicio del régimen de Jeanine Añez. Estos grupos hicieron de “avanzada” de la llamada Marcha de la Paceñidad, lanzando piedras, gases lacrimógenos e incluso cachorros de dinamita en contra de los ciudadanos concentrados entre la Plaza San Francisco y la Avenida Montes del centro paceño.

Las personas heridas por piedras el día de ayer, son los testigos de la faceta del orco alcalde como una criatura difusora del odio y la violencia. Llevando falsamente una pancarta de “paz” y banderas blancas, la horda encabezada por el orco Ivan Arias agredió a todo ciudadano que mostró descontento con el paso de la marcha, a título de considerarlo “masista”; la misma receta que usan los logieros cruceños para evitar el paso a ambulancias y otros vehículos durante el paro cívico.

La Paz no puede caer presa de esos orcos que ya causaron muerte y dolor en El Pedregal en noviembre de 2019. El orco Ivan Arias pretende que la la sede de gobierno se convierta en el nuevo Mordor, una tierra desolada y consumida por el odio. Al igual que en la epopeya fantástica escrita por Tolkien, es hora de tender alianzas y revocar al funesto alcalde orco.