FMI

Recetas del FMI, los cantos de sirena que llevan a la crisis económica

Un recorrido por la historia reciente de la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) en diversos países, muestra que ninguna economía ha logrado crecimiento y estabilidad económica siguiendo las recetas que emite este organismo internacional.

A tiempo de presentar una nueva versión de la consulta del Artículo IV, el FMI ha aprovechado de recomendar por enésima vez la aplicación de las mismas recetas de política neoliberal que viene promoviendo hace dos décadas: reducción de subsidios, devaluación, impuestos a la renta, entre otros. Sin embargo, a nivel internacional es bien sabido que las recetas del FMI (al igual que los cantos de sirena de la leyenda griega), son un camino a la perdición.

Hablando de los cantos de sirena de la Odisea de Homero, la propia Grecia cayó víctima de las recetas del FMI en la peor crisis de su historia en 2011; ya en la región, Argentina aplicó paquetes de medidas neoliberales auspiciadas por el FMI en 2001 con De la Rúa y 2017 con Macri, derivando en ambos casos en profundas crisis caracterizadas por el aumento de la pobreza y el desempleo, devaluación del peso e inflación. Similar situación vive Ecuador, que en 2018 abrió sus puertas al FMI bajo el auspicio primero de Lenin Moreno, y ahora de Guillermo Lasso.

Ya en nuestro país, hace 20 años, los gobernantes de entonces, Goni Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, intentaron cumplir con la recomendación que emitió el FMI en la consulta del Artículo IV del año 2002 aplicando un impuesto al salario. El resultado fueron las jornadas de febrero de 2003 en protesta contra el llamado “impuestazo”. La aplicación de las recetas del FMI generó la crisis del propio modelo neoliberal.

Ya va siendo hora que la opinión pública deje de tomar en serio a un organismo internacional que, más que una ayuda, se convierte en un verdugo para los países que recurren a él. Los economistas, investigadores y académicos deberían tomar en cuenta más los datos económicos, que las recomendaciones de Artículo IV.

Economistas consideran que las recetas del FMI son “descabelladas y antipopulares”

El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó ayer los resultados de la consulta del Artículo IV respecto a Bolivia. Economistas rechazan las sugerencias del organismo internacional, que incluyen la eliminación del subsidio a los combustibles, devaluación del boliviano, recortes en la inversión pública, impuestos al ingreso de las familias e incluso la eliminación del aguinaldo de fin de año.

El presidente de la Comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados, Omar Yujra, sostuvo en declaraciones a medios de comunicación que “el FMI plantea recetas de política neoliberal que ya han hundido a otros países como Ecuador y Argentina”, y que “no sé puede entender la insistencia de hacer recomendaciones que no tienen pies ni cabeza, y que van en contra del bolsillo del ciudadano”.

El documento del FMI llamado Artículo IV, es resultado de la visita de un equipo de analistas que se entrevistan con entidades públicas y privadas, emitiendo un conjunto de recomendaciones que, en opinión del organismo internacional, deberían seguir los países. Muchas de las sugerencias se repiten desde hace más de 20 años, cuando el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y si vicepresidente Carlos Mesa, intentaron aplicar un impuesto al salario que derivó en las luctuosas jornadas de febrero de 2003.

Por su parte, el economista y analista Juan José Bedregal, considera que “las recetas del FMI son descabelladas, ya que en un párrafo recomiendan eliminar los bonos sociales y la subvención a los combustibles, para luego sugerir programas de transferencias (bonos) enfocados en la población más pobre; lo cual es una completa incoherencia”.

En palabras de Bedregal, el FMI recomienda medidas antipopulares como la devaluación del boliviano, eliminación de bonos, subsidios, y hasta del aguinaldo de fin de año, para después recomendar “planes comunicacionales” que le digan a la población que las medidas son necesarias, cuando no lo son. Es decir, “el FMI recomienda dejar sin sustento a las familias y destinar los recursos a medios de comunicación que les mientan a esas familias diciéndoles que estarán mejor sumidas en la pobreza”.