RESALTAN QUE CRECIMIENTO DEL 1,31% REFLEJA LA RESILIENCIA DEL PAÍS FRENTE A UN CONTEXTO ADVERSO

La Paz, 27 de agosto de 2024 (Economía y Más). – El analista económico Martín Moreira resaltó que el crecimiento económico de Bolivia del 1,31%, en el primer trimestre de este año, refleja la resiliencia del país frente a un contexto nacional e internacional complejo y adverso.

“A pesar de estas adversidades, y con un acceso limitado a financiamiento externo para impulsar actividades productivas, la economía boliviana logró un crecimiento del 1,31% en el primer trimestre de 2024, en comparación con el mismo período del año anterior. Este desempeño refleja la resiliencia del país ante un panorama económico complejo y adverso”, explicó.

El experto señaló que Bolivia no está exenta de un contexto internacional marcado por una crisis sistémica que desaceleró la actividad económica global, agravado por el resurgimiento de problemas inflacionarios, el endurecimiento de las condiciones financieras y los efectos adversos del cambio climático sobre los ciclos productivos.

“Sin embargo, a pesar del limitado financiamiento externo público destinado a actividades productivas, la economía boliviana registró un crecimiento del 1,31% en el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior”, enfatizó.

Entre enero y marzo de 2024, las actividades económicas que mostraron mayores incrementos fueron los servicios y la construcción. Dentro de los servicios básicos, destaca un crecimiento del 8,67% en electricidad, gas y agua, impulsado principalmente por un aumento del 9,77% en la producción de energía eléctrica.

El sector de “otros servicios” creció un 7,03%, debido al aumento en los servicios domésticos y en los servicios comunales, sociales y personales, que registraron tasas de crecimiento del 10,54% y 8,89%, respectivamente.

Por su parte, la actividad de la construcción registró una variación del 6,38%, impulsada principalmente por un mayor flujo en las ventas de cemento, que crecieron un 7,42%, debido, en gran medida, al dinamismo del sector público en comparación con el sector privado.

En cuanto al análisis del Producto Interno Bruto (PIB) por tipo de gasto, el consumo final de la administración pública creció un 2,01%, seguido por el gasto de consumo final de los hogares e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (IPSFL), que aumentó un 1,31%.

En contraste, el contexto internacional adverso provocó una disminución en las importaciones y exportaciones de bienes y servicios, con caídas del 19,06% y 5,39%, respectivamente. La formación bruta de capital fijo también se vio afectada, con una disminución del -6,39%, debido a la contracción de la inversión en bienes de capital.

“Es importante destacar que este tipo de gasto podría haber sido mayor si se hubieran contado con recursos públicos provenientes de financiamiento externo que hubiesen apoyado al sector productivo”, sostuvo Moreira.

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