Bolivia, entre los 15 países donde los combustibles cuestan menos

La Paz, 15 de agosto de 2022.- Bolivia se encuentra entre los 15 países en el mundo donde la gasolina y el diésel cuestan menos, con un costo promedio de Bs 3,74 y Bs 3,72 por litro, respectivamente. Según YPFB, a diario en el país se consume unos 35.000 barriles de diésel y 34.000 de gasolina.

“Actualmente, Bolivia consume 35.000 barriles diarios de diésel oil y 34.000 barriles diarios de gasolina; sin embargo, la producción estimada de las refinerías nacionales está entre 10.000 y 12.000 barriles de diésel y de 18.000 a 20.000 barriles de gasolina”, declaró en febrero de este año el entonces vocero de YPFB, Juan Carlos Ortiz.

De 168 países, Bolivia ocupa el puesto 13 con el precio de $us 0,544 (Bs 3,74) por litro de gasolina y en el puesto 15 con un coste de $us 0,541 (Bs 3,72) por litro, esto de acuerdo a datos de la página web GlobalPetrolPrices, que lleva un control de precio medio en todas las naciones del mundo.

El país con la gasolina más económica, de acuerdo a los datos presentados es Venezuela con un costo promedio de $us 0,022 por litro, equivalente a Bs 0,15. El país caribeño cuenta con las mayores reservas de petróleo en el mundo, con un estimado de más 304.000 millones de barriles, según la revisión estadística de World Energy.

En el caso del diésel, el país con el precio más económico es Irán con un costo promedio de $us 0,011 (Bs 0,07) por litro. En contraposición con estos precios, los países donde es más cara la gasolina y diésel son Suiza y Hong Kong, con costos que oscilan entre $us 2,980 (Bs 20,7) y $us 2,726 (Bs 19), respectivamente.

Según GlobalPetrolPrices, los países más ricos tienen los precios más altos, mientras que los países más pobres y los que producen y exportan petróleo tienen precios significativamente más bajos.

CONGELAMIENTO

La fijación de los precios sobre los carburantes se inició desde 1985 con el gobierno de Paz Estenssoro, en el que a través del Decreto Supremo 21060 se realizó un ajuste estructural de precios del diésel que costaba Bs 0,13 el litro, cuando en el mercado externo el precio oscilaba en $us 15 el litro. De ese año hasta 1997 el precio del diésel se había incrementado a Bs 2,1 por litro, alcanzando hasta el año 2000 a Bs 3,08 el litro.

Ese mismo año (2000), el gobierno de Hugo Banzer Suárez con la finalidad de no generar una inflación congeló el precio del diésel en Bs 3,12 el litro hasta 2004, posterior a ello, esa política de congelamiento continuó con ajustes leves en los precios finales.

En 2004, el litro de diésel alcanzó a Bs 3,25; en 2005, a Bs 3,40; y desde finales de 2005 a la fecha, el precio está en Bs 3,72. El precio real y congelado es absorbido por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB ) y el Tesoro General de la Nación (TGN).

El analista y exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos dijo que el tema de la subvención de los carburantes, en primera instancia, es que está drenando los recursos de YPFB, esto debido a que el precio es bastante elevado y como cada vez se importa más gasolina y diésel, el primer impacto lo tiene la petrolera estatal que realiza las importaciones de estos carburantes. “Se estima que hasta fin de año se pueda llegar a importar alrededor de $us 3.300 millones por concepto de gasolina y diésel”, dijo.

Agregó que importar por estos montos de dinero repercute en YPFB, debido a que saca recursos del gas, repatriando utilidades y pagando dividendos y que en algún momento se acabará esa plata y se tendrá que recurrir al TGN.

“El tema de fondo es que se van a consumir las reservas internacionales netas, afecta los dólares que tiene YPFB, ya que estas importaciones son bastante costosas para el Estado”, señaló.

Para el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, en 2021 Bolivia gastó $us 2.123 millones importando combustibles, un poco más de $us 600 millones en gasolina y en diésel más de $us 1.500 millones.

El ejecutivo indicó que este año, al primer trimestre, las importaciones por gasolina y diésel superan los $us 1.700 millones y que la proyección de ambos productos es que hasta fin de gestión llegue a los $us 3.000 millones.

“Esto va a ejercer una presión en las reservas internacionales en tanto y en cuanto el nivel de exportación de otros rubros no ayude a generar los dólares suficientes para esta crecida de la importaciones de estos combustibles”, dijo.

De acuerdo con el analista energético José Padilla, Bolivia está pasando de ser exportador a importador de combustibles. Recordó que en años anteriores YPFB firmó 42 proyectos exploratorios con una inversión de $us 3.500 millones para aumentar las reservas, pero las mismas no tuvieron un efecto positivo.

“No hubo una buena exploración, se trajo exploración de China, pero tanto la sísmica 2 y 3 no han sido de buena calidad y no se tuvo referencias de dónde se encuentran los hidrocarburos en el suelo”, explicó Padilla.

Señaló que entre las medidas a encarar por el Gobierno en el tema de la subvención de carburantes está la reforma a la Ley de Hidrocarburos de manera urgente con el fin de mejorar la economía.

Al igual que Padilla, Ríos indicó que la solución estructural sobre el tema de la subvención pasa por hacer una reforma rápida a la norma y así aprovechar que los precios del gas, que están elevados, se dirijan para hacer una masiva exploración que permita recuperar la producción del gas, petróleo y condensado “con el fin de contrarrestar la importación de esas cantidades tan grandes de diésel y gasolina”.

“Sin duda el Gobierno y YPFB hacen un esfuerzo para mantener el precio subsidiado. El subsidio hace que Bolivia no tenga inflación, pero esta medida no es sostenible en los próximos 4 a 5 años, porque la producción de petróleo es cada vez menor y la cifra de importación va a ir aumentado”, dijo.

Para Gary Rodríguez, el pensar en subir el precio de los combustibles, dada la experiencia tomada en diciembre de 2010, sería una locura, por lo que se debe de pensar en producir combustibles renovables o diseñar incentivos por parte del Estado para diversificar la matriz energética en el país.

“Debemos fomentar con urgencia, no solamente el cultivo de materias primas, sino oleaginosas como el piñón, macororó, palma africana u otras, en función de las plantas de diésel que se están por construir en el país por parte del Estado, o sino incentivar para que sea el propio sector privado quien pueda fabricar diésel”, sugirió.

Agregó que, a corto plazo, lo único que se puede hacer desde el Estado a través de YPFB es aumentar la compra de mayor cantidad de bioetanol y subir la mezcla y mejorar el octanaje de la gasolina especial, vale decir, estimular la gasolina de 92 octanos que está mezclada con etanol.

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