‘Bolivia resalta con su estabilidad económica y de precios’
La Paz, 17 de octubre de 2022.- Los efectos negativos derivados de la pandemia por el COVID-19 persisten en todo el mundo, sumando a ello las consecuencias internacionales que provoca la guerra entre Rusia y Ucrania. Dichos sucesos generan un fuerte impacto adverso en el sector económico. Este panorama desalentador golpea con presiones inflacionarias, afectando en mayor medida a la gente más pobre. En medio de este contexto internacional desfavorable, se encuentra Bolivia que “resalta con su estabilidad económica y de precios, retomando la senda del crecimiento con justicia social”. Esta situación, además de desafíos y planes hasta 2025, es explicada a detalle por el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui.
¿Cómo ve la situación económica global en la actualidad?
El contexto internacional es adverso, el mundo aún afronta los efectos derivados de la pandemia por el COVID-19 y el conflicto bélico suscitado en Europa. Este panorama ha generado repercusiones de gran magnitud, lo cual tiene un efecto directo en el crecimiento económico mundial, que nos pone en puertas de una recesión económica. Estos acontecimientos afectan principalmente a la población más vulnerable, agrandando aún más las brechas de pobreza y desigualdad, producto de la predominancia de un modelo capitalista, que ratifica su carácter salvaje. El aumento de los precios de las materias primas, los productos básicos y especialmente aquellos derivados del petróleo a nivel mundial es innegable. El mundo está experimentando presiones inflacionarias que tienen efectos directos en el crecimiento económico. Por ejemplo, Estados Unidos registró una inflación de 8,3% hasta agosto de este año, que inclusive alcanzó a 9,1% en junio; éstos son indicadores que no se presentaban en este país desde 1982, hace cuatro décadas. Por su parte, la inflación en la Eurozona ha llegado a más del 8% y sigue aumentando, mostrando una tendencia no vista en todo el siglo actual.
¿Cómo ve la situación económica en la región?
En Sudamérica este panorama es similar al del mundo. En las economías de la región, puntualmente en países como Brasil, Argentina, Chile y Perú, no se termina de superar la crisis generada por la pandemia, que a su vez amenaza con más presiones inflacionarias, que una vez más afectan a la gente más pobre. Por lo mismo se ven escenarios de alta conflictividad y revueltas sociales, por ejemplo, en Ecuador, donde el aumento del costo de vida, el alza de precios de los combustibles, y una desatención generó revueltas en las comunidades indígenas. En Perú, con el aumento de los precios, especialmente de combustibles, se generaron conflictos con el sector del autotransporte y de transporte pesado; también se registraron actos vandálicos contra la propiedad pública, saqueos y agresiones. Sudamérica es una de las regiones en las que se puede observar una de las mayores tasas de inflación a nivel mundial, que se ha evidenciado desde el segundo semestre de 2020. Al finalizar 2021, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la inflación, sin tomar en cuenta los países con inflación crónica, fue cercana al 7%, una cifra que no se veía desde la crisis financiera en 2008.
¿Y Bolivia?
En este contexto internacional desfavorable, Bolivia resalta con su estabilidad económica y de precios, retomando la senda del crecimiento con justicia social. Producto de las medidas aplicadas por el presidente Luis Arce, Bolivia es uno de los países que ha mantenido una de las tasas de inflación más bajas, con un 1,62% hasta agosto del presente año. Asimismo, la pasada gestión el crecimiento económico alcanzó el 6,1%, superando el decrecimiento de 8,7% que se tuvo en 2020. De similar forma en 2021, la pobreza alcanzó el 32,1% en los países latinoamericanos, mientras que la pobreza extrema llegó al 13,8%. Para 2022 se estima que la pobreza llegará al 33%, y la pobreza extrema llegará a 14,5%. El caso boliviano, en cambio, muestra un futuro mucho más promisorio. Organismos internacionales como la CEPAL sitúan a Bolivia como el país que reducirá en mayor medida la pobreza en esta gestión, mientras que otros países de la región incluso sufrirán incrementos. En 2021, la tasa de desocupación en América Latina llegó al 11,8% para las mujeres y 8,1% para el caso de los hombres. Bolivia, por su parte, muestra datos mucho más alentadores: hasta agosto del presente año la tasa de desocupación de mujeres llegó al 4,9% y 3,4% de hombres, haciendo un promedio de 4,1% a nivel nacional, cerca de los niveles registrados en nuestro país previos a la pandemia.
¿Cuáles son los desafíos más importantes que está encarando el Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD) hasta 2025?
El Ministerio de Planificación del Desarrollo es el ente encargado de la planificación integral del Estado. En ese marco, con la participación de todos los sectores, territorios y organizaciones productivas de la sociedad, en noviembre del pasado año ha gestionado la aprobación del Plan de Desarrollo Económico y Social, que tiene como lineamiento fundamental la Reconstrucción de la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones, aprobado mediante la Ley 1407, el 9 de noviembre de 2021. Este plan representa la visión país, la priorización de las políticas públicas y la ruta crítica para el periodo 2021- 2025, orientado a generar un proceso de crecimiento económico con justicia social, a través de la industrialización con sustitución de importaciones, la reducción de la pobreza y la reducción de la desigualdad. Con este plan además se consolida el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) diseñado e implementado por profesionales bolivianos para la realidad de nuestro país. El MESCP, que tiene como uno de sus principales exponentes al profesor Carlos Villegas, que en paz descanse, y a nuestro presidente Luis Arce, ha permitido generar un proceso de crecimiento económico que ha sido acompañado por la reducción de pobreza y desigualdad, y es reconocido a nivel mundial por organismos internacionales. De esta manera, Bolivia se encamina a la industrialización con enfoque de sustitución de importaciones. Continuamos la senda de la industrialización, pues hemos aprendido que es la única forma de generar más recursos económicos, más divisas, más empleo digno, con justicia social, y de esa manera corregir, por ejemplo, los desequilibrios fiscales o del sector externo.
¿Qué ejemplos destacan en la industrialización?
Algunos ejemplos de proyectos estratégicos que siguen esta lógica de industrialización con sustitución de importaciones son el proyecto del biodiésel y Mutún, la industrialización del litio, la industria de la química básica, por citar algunos. La industrialización del litio permitirá generar empleo, crecimiento y más ingresos para el país y de esta manera colocar a nuestra economía en un nivel superior. Lo propio con el biodiésel y la planta del Mutún, que permitirá dejar de importar diésel por un lado y acero corrugado de construcción en barras, alambrón de bovinas, tubos de costura y otros; eso significará que saldrán menos divisas del país y al mismo tiempo se generará fuentes de empleo y crecimiento económico. También tenemos planificados otros proyectos productivos como plantas piscícolas en diferentes zonas del país, el Centro de Almacenamiento de Castaña en Pando, proyectos de procesamiento y transformación de papa, hortalizas, maíz, trigo, soya y sus subproductos, por mencionar algunos de los muchos proyectos productivos con miras a la industrialización con sustitución de importaciones. Todo el esfuerzo en el ámbito productivo será acompañado por inversiones que mejoren las condiciones de vida de la población.
¿Cómo se genera la planificación entre los niveles de gobierno definidos en la CPE?
A partir de la promulgación de la Ley 777 del Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE), el cual establece como uno de sus fines el que la planificación de largo, mediano y corto plazo tenga un enfoque integrado y armónico, y sea el resultado del trabajo articulado de los niveles de gobierno, con participación y en coordinación con los actores sociales, busca orientar la asignación óptima y organizada de los recursos financieros y no financieros del Estado Plurinacional, para el logro de las metas, resultados y acciones identificadas en la planificación. En el nivel central del Estado se generan los Planes Sectoriales de Desarrollo Integral (PSDI), que formulan los ministerios cabeza de sector. En el nivel descentralizado se formulan los Planes Estratégicos Institucionales (PEI) y para las empresas públicas los Planes Estratégicos Empresariales (PEE) y Planes Estratégicos Corporativos (PEC); en el nivel departamental y municipal se generan los Planes Territoriales de Desarrollo Integral PTDI, formulados por los Gobiernos Autónomos Departamentales (GAD) y los Gobiernos Autónomos Municipales (GAM); así también se generan los Planes de Gestión Territorial Comunitaria (PGTC), que formulan los gobiernos con autonomía indígena originario campesina; y, finalmente, se cuentan con Planes Multisectoriales de Desarrollo Integral (PMDI), referidos a temáticas específicas de carácter multisectorial. Esta planificación se complementa con el Ordenamiento Territorial (largo plazo), siendo éste un instrumento para la planificación integral y la gestión estratégica del territorio, cuya construcción se realiza de manera participativa entre los actores involucrados de forma gradual y dinámica, considerando las características de la tierra, sus potencialidades y limitaciones, con la finalidad de alcanzar un desarrollo territorial equilibrado, integral y en armonía con la Madre Tierra, mejorando las condiciones de vida de los habitantes en el marco del vivir bien. En este sentido, se viene impulsando la formulación de instrumentos técnicos normativos entre el Ministerio de Planificación del Desarrollo con otras entidades del Estado, así también se tiene instrumentos de planificación como ser las Estrategias de Desarrollo Integral (EDI), que constituyen la planificación a mediano plazo de las regiones metropolitanas y macrorregiones estratégicas, articuladas al PDES, a los PTDI departamentales y municipales que correspondan, y a los PSDI. Respecto a las instancias de coordinación intergubernamental, se cuentan con Consejos y Comités de coordinación multisectorial, la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) y AMDES.
¿Cómo se articula la planificación del desarrollo al interior del país con lo que otros países, principalmente los vecinos, vienen haciendo?
Nuestra planificación es soberana y en algunos casos existen proyectos que se desarrollan de manera convergente con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). El PDES es la agenda de priorización nacional para el quinquenio 2021- 2025; no obstante, en el marco de los acuerdos bilaterales y multilaterales, articulamos nuestra agenda a todos los compromisos asumidos por nuestro Estado Plurinacional de Bolivia, entre ellos los ODS en materia de desarrollo o las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC), en materia de Cambio Climático, por citar algunas relevantes. Por otro lado, todas las agencias de cooperación internacional presentes en el país articulan sus compromisos de apoyo a la política pública establecida en el PDES.
¿Cuáles son los resultados sectoriales más importantes a los que apunta la planificación del desarrollo y la planificación del Estado este 2025?
Los diez ejes estratégicos del PDES contemplan en su interior un conjunto de metas, entre las principales se encuentran la de industrialización del país con un enfoque de sustitución de importaciones, producir más, generar un proceso de crecimiento económico con justicia social, representado en la reducción de la pobreza y la desigualdad y posibilitar mejores condiciones de vida de la población.
¿Qué instancias de control para los resultados intermedios se tienen en lo referente al PDES?
El SPIE prevé un Subsistema de Seguimiento y Evaluación de todos los planes contemplados desde el largo plazo, hasta el corto plazo, esto significa que todas las entidades públicas del Órgano Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, además de otras del nivel central del Estado, las entidades territoriales y las universidades, deben realizar el control, seguimiento y evaluación al logro de las metas comprendidas en sus respectivos planes, enmarcados en nuestro PDES 2021-2025. Por otro lado, en 2017, mediante resolución multisectorial, se crea el Comité Interinstitucional de las Metas del PDES y de Desarrollo Sostenible (CIMPDS), justamente con el objetivo de constituirse en una instancia técnica de seguimiento y monitoreo para el logro de los resultados y metas del PDES relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Cuáles son los desafíos inmediatos más importantes para el país?
Entre los desafíos más importantes, se encuentra la consolidación de las políticas públicas e inversiones ligadas a la Reconstrucción de la económica nacional, consolidando un modelo de sustitución de importaciones con un sector productivo generador de ingresos y empleo digno.