Verdades y mentiras del modelo económico boliviano
Por: Fernando Chuquimia, especialista financiero.
Recientemente, un opinador en temas económicos y financieros, Jaime Dunn, señaló en un medio de prensa que “el modelo económico boliviano había caducado, y, que la situación económica de Bolivia es un tema muy complejo, con diversas aristas y pocas certidumbres”. Es incomprensible que a muchas personas les cueste aceptar la realidad que vive nuestro país, e inclusive les moleste saber de los logros positivos alcanzados en materia económica, por no continuar con recetas económicas que fracasaron en Bolivia. Al respecto, y con el objeto de informar al lector de manera responsable, expondré las verdades y mentiras del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP).
Es verdad que el MESCP es un modelo diseñado por bolivianos y para los bolivianos, cuya fortaleza radica en que fue construido sobre la realidad socioeconómica del país, además es desarrollado y aplicado por profesionales bolivianos, ante el fracaso del modelo neoliberal. El MESCP se basa en cuatro pilares fundamentales: crecimiento y desarrollo con base en el aprovechamiento de los recursos naturales para beneficio de los bolivianos; el Estado se apropia y redistribuye el excedente económico que generan los sectores estratégicos; es un modelo redistribuidor del ingreso, cuyo excedente económico se reasigna a otros sectores de la economía y a la población con escasos recursos; y, reducción de la desigualdad social y la pobreza.
Es mentira que el MESCP ha caducado, por cuanto, con base en información oficial, respaldada y destacada por organismos internacionales, la economía boliviana cerró 2021 con un crecimiento del 6,1% después de un decrecimiento de -8,7% registrado en 2020. Bolivia, en 2005, registró una tasa de desempleo anual de 8,1%, la pobreza moderada al 60,6% y la pobreza extrema al 38,2%, no obstante, y como resultado de la aplicación del modelo, en 2021 dichas variables registraron una disminución considerable a 5,2%, 36,3% y 11,1%, respectivamente.
Es verdad que producto de la aplicación del MESCP se generó una distribución más equitativa del ingreso, por ejemplo, el Índice de Gini (IG) en 2005, el IG tuvo un valor de 0,60, el cual disminuyó de forma sustancial llegando a asumir un valor de 0,42 en 2021. Asimismo, la relación de ingresos entre la población más rica y la población más pobre, que es otro indicador utilizado para analizar la distribución del ingreso, registró en 2005 a nivel nacional el ingreso del 10% de la población más rica era de 128 veces el ingreso del 10% de la población más pobre. En 2021, esta variable mostró una reducción considerable llegando solo a 20 veces.
Es mentira que los agentes económicos tienen incertidumbre, toda vez que el sistema financiero es sólido y se desempeña positivamente, por ejemplo, en 2005 el ahorro financiero alcanzaba a $us 3.826 millones, los depósitos a $us 3.678 millones, los créditos a $us 3.360 millones y el número de cuentas a 1.911.000. En 2021, los indicadores incrementaron a $us 31.006 millones, $us 30.770 millones, $us 29.064 millones y 13.720.000 de cuentas. Asimismo, los puntos de atención financiera en el área urbana y rural en 2007 eran de 1.673, y en 2021 ascendieron a 9.758, adhiriéndose a estos resultados la bolivianización por más del 90%.
Finalmente, la CEPAL ha señalado que Bolivia es el país que logrará la mayor reducción de la pobreza extrema en 2022; asimismo, instituciones internacionales como el FMI, The Economist Intelligence Unit, BBC Mundo y Sputnik Mundo han destacado a nuestro país por su baja inflación. En este contexto, la población al saber las verdades y mentiras del MESCP tiene la seguridad y certidumbre que Bolivia está saliendo adelante, fruto de la reconstrucción y reactivación económica, con base en la continuidad del MESCP y las acertadas políticas implementadas por el Gobierno, que permitirán el retorno a la senda del crecimiento económico con menos desigualdad entre ricos y pobres.