Entendiendo la caída
Por: José Daniel Llorenti, comunicador
Año 2014, ¿Cómo un gobierno que ganó con más del 60% no terminó su mandato?
El año 2014, Evo Morales y el MAS ganaban las elecciones superando el 60%, y prácticamente vencían en todos los departamentos del país. Lo importante, más que el resultado, que fue obviamente abrumador, fueron las lecturas teóricas de lo sucedido. La más difundida, tanto por su creatividad como por su capacidad de difusión, fue la que realizó el exvicepresidente, Álvaro García Linera, cuando decía que esta victoria se debía a que “(…) el campo político entero, que la sociedad boliviana entera, se “izquierdizó” en su totalidad”.
Esa apreciación del ex vicepresidente, fue publicada en un artículo que hablaba precisamente del campo político en Bolivia después de las elecciones del 2014. El vicepresidente, partía de la hipótesis de que el campo “gravitacional” de la “política”, habría tenido un “nuevo punto de eje” que hacía que todo giraba a su alrededor, y que por consecuencia la gente tenía cierta identificación con las preposiciones de izquierda, en otras palabras, era la victoria política y cultural de la Revolución Democrática y Cultural.
La hipótesis de García Linera era las más compartida en círculos intelectuales, aunque había otras lecturas aisladas que considero que ahora explican mejor lo sucedido el año 2014, como la expuesta por el intelectual de izquierda ecológica (aunque a veces parece ser muy afín al conservadurismo pequeño burgués), Roger Córtez, este conocido intelectual publicó un libro denominado “Del Auge a la Descomposición del Proceso de Cambio”, y decía al respecto, citando al filósofo Thomas Hobbes: “(…) pocas cosas son tan seductoras como la certidumbre”, aduciendo que la victoria del 2014, no se debía a que el campo político se “izquierdizó”, ni que hubo una especie de irradiación ideológica en la sociedad boliviana, sino que más bien, eso sucedió porque el voto popular no fue un voto por la “revolución” o por “tener los valores revolucionarios”, sino más bien, fue un voto por la certidumbre que le daba el MAS y porque el voto es más un acto pragmático que algo ideológico.
La hipótesis de Córtez, explicaría mucho mejor la caída del año 2019, que la hipótesis de García Linera del viraje del campo gravitacional porque explicaría por qué en la caída fueron pocos quienes salieron a defender al gobierno de Evo Morales, mientras el golpe de Estado se efectuaba ante la presencia expectante de movimientos sociales, dirigentes sindicales y revolucionarios pequeño burgueses que anonadados por la rapidez del Golpe no pudieron evitar la caída de Morales. La gente no había votado por valores y concepciones ideológicas a la izquierda el año 2014, sino todo lo contrario, optaron por el MAS por el pragmatismo y la certidumbre que otorgaba el gobierno de Evo Morales en ese entonces, por eso fácilmente abandonaron al gobierno. (Lo que tuvo un giro inesperado cuando la Revolución Democrática y Cultural estuvo en riesgo con la llegada ilegal de Jeanine Añez al poder quemando Wiphalas, eliminando el Estado-Laico, persiguiendo indígenas, etc.).
De la misma manera, otro tema salta a la palestra cuando hablamos del año 2019 y de la caída: entre las gestiones 2016-2019, después del conocido 21 de febrero, el gobierno del ex presidente Evo Morales presentó un promedio de 1 obra por día, es decir, superó las 1.000 obras en solo 3 años, sin embargo, fuera de esa fiebre por presentar obras a los diferentes sectores sociales del país, en la elección del año 2019 cayó en 14 puntos porcentuales su votación del año 2014 (del 61 al 47), es decir, que, a pesar de trabajar más fuerte, la gente ya no respaldaba una elección más de Morales.
Esto demuestra algo que vuelve a negar la hipótesis de García Linera, no existió tal viraje, pero también demuestra las limitaciones de la hipótesis de Córtez (su hipótesis válida el año 2014, ya no lo fue el 2019), porque la gente ya no votó por certidumbre (a pesar que el MAS es el único que puede prometer y cumplir aquello), sino que -satisfechas sus necesidades más básicas y en pleno auge del ascenso social y cambio generacional – la gente ya no buscaba estabilidad económica y material (digamos necesidades cubiertas), sino otro tipo de intereses generalmente característicos de la clase media aburguesada: libertad individual, crecimiento personal, valores republicanos abstractos, etc., perfecto caldo de cultivo para las manifestaciones denominadas pititas. La generación/clase que creció con Evo, terminó renegando de él.
Si detenemos el análisis ahí, podemos ver, el ascenso económico y social del que hablaba tanto el MAS desde el 2014 como un logro de su gestión (aumento de la clase media en más de 3 millones de personas), terminó siendo el producto de su caída, porque crecían económicamente, pero no cambiaban de mentalidad, desanclaron su percepción de mundo de su condición económica, digamos, en palabras coloquiales, se alienaron.
En fin, solo a manera de terminar, este tema que amerita mucha más discusión, considero importante reevaluar lo sucedido, no desde la óptica del victimismo del Golpe o de la aislada percepción geopolítica de que fue un intento más de los Estados Unidos de terminar con la democracia en nuestro país, sino desde adentro para ver cuáles fueron los errores que permitieron que sectores reaccionarios y conservadores recuperarán el poder, aunque sea de manera coyuntural.